La ruta hacia la Levada da Rocha Vermelha en Madeira es un viaje fascinante hacia el corazón verde de la isla. Recorreremos el valle del Rabaçal en busca de cascadas, atravesando la roca por uno de los túneles más largos de Madeira. ¡Preparad vuestras linternas para una vibrante aventura!


La Levada da Rocha Vermelha se convirtió rápidamente en una de nuestras caminatas favoritas en la isla de Madeira, y es que, lo tiene todo. Vamos a atravesar la roca por un enorme túnel, a refrescarnos junto a un río celeste y disfrutar de varias cascadas, pero sobre todo vamos a observar toda la belleza del valle del Rabaçal caminando por una garganta singular tras la corriente de la Levada da Rocha Vermelha. Todo esto sin contar que es una de las excursiones menos transitadas de Madeira, lo que hará que te sientas como un auténtico explorador.
Distancia: Caminata larga de unos 14 kilómetros (7 kms +7 kms vuelta)
Desnivel: Unos 300 metros de desnivel
Duración: 4 horas caminando. Descansando y almorzando tranquilamente, se os harán unas 6 horas.
Dificultad: Caminata fácil pero con detalles a tener en cuenta. El túnel que atraviesa el Rabaçal es uno de los más largos de Madeira con sus 1,6 kms. Atravesarlo es una aventura fascinante, y aunque no entraña dificultad necesitareis linterna (nosotros usamos headlamps) y estar atentos mientras estamos atravesándolo, evitando coscorrones con el techo, la pared, o meter un pie a la levada. Al final del camino nos encontraremos algunos lances que asoman a precipicios sin valla de protección, pero el sendero es muy ancho, por lo que sino nos acercamos, no hay peligro.
Cómo llegar a la Levada da Rocha Vermelha
Para llegar a la Levada da Rocha Vermelha nos tendremos que desplazar hacia la localidad de Calheta en Madeira. Desde Funchal serán unos 45 minutos. Una vez en Calheta subiremos por uno de sus serpeantes lombos para aparcar el coche un poco antes del comienzo de la levada. La pista que va hasta allí está muy abandonada y no hay señales claras que indiquen el comienzo de la ruta. Nosotros aparcamos bastante antes viendo cómo estaba el acceso para el coche, y seguimos a pie las indicaciones aplicación oficial WalkMe de Madeira. Os dejamos la localización del comienzo de la ruta en Google maps:
Nuestra experiencia en la caminata
La Levada da Rocha Vermelha en Madeira fue tercera caminata en Madeira, y la segunda que hacíamos en el valle del Rabaçal. Tras conocer este valle con nuestra excursión por Levada do Alecrim y viendo la cantidad de gente que transitaba por esa parte de la isla, decidimos explorar el Rabaçal por otra parte diferente de la isla. Y es que a la levada da rocha Vermelha se accede a la parte baja del Rabaçal y desde otra parte de la isla atravesando un largo túnel por lo que es una excursión mucho más indomita y menos transitada.
Tras aparcar nuestro Fiat Panda de alquiler, seguimos las indicaciones de la aplicación oficial de Madeira WalkMe empezamos a ascender por una empinada pista forestal entre prados y eucaliptos muy poco señalizada y que te hace dudar si realmente es el camino correcto. Es octubre, y a primera hora se agradece un forro polar.


Enseguida entramos en contacto con la Levada da Rocha Vermelha llena de agua transparente, truchas y rodeada de flores. A partir de aquí sólo tenemos que seguir la corriente. Atravesaremos el bosque llegando hasta el gran túnel. Hay unas escaleras a la derecha del túnel que suben hacia arriba, no hay que subirlas, en su lugar, debemos prepararnos para atravesar los 1’6 kms de plena oscuridad al lado de la levada.
Era nuestro primer contacto con los túneles de Madeira y como entrenamiento nos vino estupendamente. Casi media hora caminando dentro de un túnel de un kilometro y medio es una aventura fascinate. Una vez dentro, apenas puedes distinguir un minúsculo punto de luz como salida. Ataviados con chubasqueros para el frio y la humedad y nuestras head lamps en la cabeza, no debemos tenerle miedo al túnel. La linterna de cabeza es la mejor opción para abordar el túnel, pues te permite tener controlado el techo para no golpearte en un despiste y a la vez suelo para no meter el pie a la levada. Aunque por mucha concentración que lleves lo más probable es que te mojes los pies con las muchas filtraciones y charcos que nos va a tocar atravesar.


Cuando por fin atravesiesas el túnel sientes el subidón de endorfinas. Las crestas del Rabaçal se muestran ante ti. Es un paisaje que parece sacado de Parque Jurásico. Aquí comienza un camino por un hermoso desfiladero. Estás en el corazón verde de Madeira rodeado de brezos gigantes y laureles, siempre siguiendo la levada.
Tras un rato caminando por la garganta y atravesando un puente llegaremos al otro lado del valle. Aquí hay un cruce de caminos y una señal que marca las 25 fontes. No debemos seguirla pues subiríamos hacia la zona alta del valle. Esta parte del camino es especialmente exuberante y está llena de flores y vegetación.


Tras ignorar el desvío llegaremos al lecho del río. Aquí, sino baja mucha agua, podremos remontar las rocas para almorzar y refrescarnos en un paisaje idílico. Un poco más adelante podremos contemplar las hermosas cascadas que vierten sus aguas sobre la piedra negra volcánica.

A partir de este punto, el camino zigzaguea por el valle entre densa selva. Es el bosque de Laurisilva que se hace cada vez más espeso y exuberante.
En esta parte del valle el sendero alterna partes de selva con espectaculares vistas al cañon del Rabaçal. Pero ya no hay barandillas de protección en estos balcones, ni señalizaciones hacia ninguna atracción. Es una parte agreste y salvaje que merece la pena ser explorada. Pero a la vez parece como si el camino estuviese abandonado o en desuso. Incluso la aplicación oficial WalkMe ya no marca ninguna atracción final sino que llega un punto del sendero en el que da por finalizada la excursión. Viendo como está el camino de abandonado y de poco señalizado, tú decides en realidad donde darte la vuelta. Nosotros caminamos un buen rato explorando toda esta zona que es extraña y a la vez espectacular.

Quitando este raro final, que luego nos daríamos cuenta que es típico en algunas rutas de Madeira, la caminata por la Rocha Vermelha nos pareció toda una aventura con mayúsculas.
A partir de aquí toca desandar el camino, y atravesar de nuevo el túnel de vuelta, con un poco de suerte quizás acabes dándote un refrescante baño en el océano atlántico y recordando tu increíble aventura por la Levada da Rocha Vermelha en Madeira.
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Enhorabuena por el post! Muy útil y muy bien explicado!