La capital de Camboya, Phnom Penh, también conocida como «la perla de Asia» es una ciudad que de ninguna manera te dejará indiferente.
Rezuma tanta vida en cada rincón que apenas te va a dar tiempo a pestañear. En un simple paseo por cualquiera de sus calles tu mente no va ser capaz de asimilar todo lo que está pasando ante tus ojos. Una brillante y desordenada mezcla jemer con influencias chinas y vestigios por todos lados de la Indochina Francesa, hacen de la capital, una de las ciudades más auténticas e impactantes de Asia.
Cruce de culturas, y de pueblos, vibrante y caótica hasta más no poder… Phnom Penh todavía tiene un pie en el pasado. Cada mañana los monjes budistas recorren sus calles en busca de limosnas ataviados con sus túnicas naranja azafrán. Puedes perderte en cada uno de sus antiguos templos, en sus sucios mercados, y en todo tipo de puestos y negocios callejeros, que te acabarán trasladando a otra época. Es una ciudad que jamás ya podrás olvidar. Te emocionará, te retará, te dejará sin respiración… Aunque sólo sea por el humo de las mil motos que zumban en sus calles…
Sin embargo la capital camina hoy con paso firme hacia el futuro, de manera turbulenta pero próspera. Cada día se levanta un nuevo rascacielos, dejando atrás los preciosos edificios del colonialismo francés, es el camino del «progreso asiático». La ciudad se recupera rápidamente de sus oscuros años, ya que unas décadas después de que el país consiguiera con alegría la independencia del protectorado francés, fué en 1975, cuando los Jemeres Rojos tomaron la ciudad y evacuaron a todo el mundo al campo, conviertendo el país entero en una dictadura comunista llena de oscuras atrocidades y miles de torturas y asesinatos. Hasta que fue liberada cuatro años después, en 1979 por el ejército Vietnamita.
Es por eso que hoy en día Phnom Penh avanza a un ritmo frenético y las nuevas generaciones de jóvenes luchan por el cambio esperanzados. Ellos no conocieron el terror ni tienen miedo al futuro. Y es también la amplia comunidad de expatriados que viven aquí los que dan a la capital ese toque tan creativo y cosmopolita.
La ciudad descansa en la confluencia del río Tonle Sap con el imponente Mekong. Es en este punto donde se desarrolla la mayor parte de la acción, con el magnífico Palacio Real con sus doradas agujas como telón de fondo…
COMO LLEGAR A PHNOM PENH:
La forma más común de llegar a Phnom Penh es por aire. En su aeropuerto internacional que está a 45 minutos del centro de la ciudad, operan vuelos desde la cercana Bangkok (40 min.), Kuala Lumpur (1h y 50 min.), Singapur (2h.) y Ho Chi Minh (50 min.) a precios relativamente asequibles (unos 100 dólares).
Una vez aterricemos, deberemos rellenar y pagar el visado de turista a Camboya que vale 30 dólares y que requiere que llevéis una foto de carnet para cursarlo. Cabe decir que aunque la moneda oficial de Camboya sea el Riel camboyano, el Dólar americano, es igualmente utilizada, así que lo mejor es que vengais con suficientes Dólares desde España ya que conseguiréis mejor cambio, que trayendo Euros. Para todo lo que compréis por debajo de un dólar, os devolverán el cambio en Riel camboyano. (1 Dólar americano= 4000 Rieles). Después de recoger vuestras mochilas o maletas en el aeropuerto y con vuestra visa y pasaporte en el bolsillo, ya podréis salir a la calle. Una vez fuera, aparte del golpe de calor que recibiremos y algún mosquito socarrón, nos esperarán unos cuantos señores conductores de tuk-tuk (moto-carros), que muy amablemente se ofrecerán a llevarnos al hotel elegido o centro de la ciudad por unos 10 dólares o menos, según nuestras habilidades para negociar (actividad no muy apetecible en ese momento después de recorrer medio mundo) por lo que la mayoría acabaremos aceptando la primera oferta que nos hagan.
Es por tanto bastante fácil plantarse en unas dos horas en el centro de Phnom Penh, desde cualquier otra capital Asiática.
Phnom Penh suele ser elegida como puerta de entrada para ir a los famosos Templos de Angkor. Por lo que se puede también volar fácilmente a Siem Reap en unos 40 minutos o viceversa. Aunque este vuelo sale bastante caro. Es por eso que la gran mayoría de viajeros realiza este viaje en autobús (unas 6 horas) por unos 13 dólares. Una de mis compañías favoritas es Giant Ibis con cómodos y limpios autobuses vip, aunque hay agencias de viaje para ir en furgoneta o autobús en casi cualquier esquina de la ciudad, y en cada uno de los hoteles donde os alojéis.
Para los bolsillos más apretados, o gente que disponga de más tiempo, es muy fácil alcanzar la capital de Camboya en autobús o furgoneta desde los países vecinos, cruzando la frontera desde Bangkok (10 horas) o desde Ho Chi Minh (6 horas). Necesitaremos también cursar la visa de 30 dólares con respectiva foto.
Es así, viajando por tierra, como podemos poner un poco de nuestra parte para frenar el cambio climático a la vez que nos ahorrámos un vuelo. Esta ruta por el sur de «Indochina», que va desde Tailandia a Vietnam, es muy famosa entre los mochileros, ya que aparte de ser fácil de realizar, pasa por cantidad de playas donde descansar e islas que descubrir, antes y después de venir a vivir unos días en la capital de Camboya, «la perla de Asia».
Bienvenidos a Phnom Penh
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